Dios nos sigue dando signos de que nunca nos deja solos
“Dios nos sigue dando signos de que nunca nos deja solos”. Fueron las palabras del P. Pedro Fournau en el balance de la misión que vivió la comunidad del Barrio Boca de Tres Arroyos.
Así como lo hicimos con el P. Guillermo Fanelli en la misión que llevó a cabo el Grupo Karol en Tres Arroyos y que culminó el día jueves, Es por Cristo conversó con el P. Pedro Fournau minutos antes de que los misioneros pringlenses retornaran a su hogares y le consultamos sobre cuál sería el balance de esta cuarta misión en su comunidad. Con la claridad que lo caracteriza, el P. Pedro dijo que “cuando termina una misión, como cuando recibimos regalos de Dios, lo único que nos sale es una sola palabra, que era la primer palabra de la homilía en la misa del jueves, que era dar gracias”.
“Lo primero que nos sale es un inmenso agradecimiento a Dios –prosiguió- que nos sigue dando signos de que nunca nos deja solos y que acompaña a su pueblo” donde “ese Dios se hace concreto, se hace visible siempre a través de instrumentos, y muchas veces son los instrumentos más pequeños los que el suele elegir, por eso la eligió a María, eligió al negrito Manuel para que se quede cuidando a la Virgen de Luján, por eso eligió al indiecito Juan Diego en Guadalupe; y parece que los jóvenes, en lo sencillo, lo pequeño, una vez más son los que él elige para renovar en nosotros la vocación de discípulos que no es solo decir creo en Jesús, sino vivir al estilo de Jesús que es un estilo misionero de alguien que ha encontrado en Jesús una gran alegría y no se la guarda, sino que la comparte. Así que gracias al Señor y gracias también a la inmensa familia del Grupo Misionero Karol que sigue adoptando hijos en esta tierra que los recibe con mucho cariño y les va a estar siempre agradecida”.
Es por Cristo se hizo eco del Grupo Karol para agradecer, también, a la comunidad de la parroquia Nuestra Señora del Carmen y de la capilla Rosa Mística que se acercó para colaborar, para prestar su servicio y hacer posible esta misión.
El sacerdote dorreguense rescató también unas palabras que el P. Guillermo Fanelli dijo días atrás a Es por Cristo: “el Grupo Misionero Karol es un grupo sano que sana” donde “hay una linda convivencia, hay una linda forma de vivir como en familia; y para tantos chicos, adolescentes, niños que no tienen la experiencia de una familia sana, aunque sea unos días en el verano. Va a quedar para siempre guardado en el corazón el recuerdo y el signo de que Dios nos invita a vivir así, en familia, porque Dios es una familia y es lo que nosotros llamamos Iglesia”.
Y agregó: “Aunque las distancias nos separan, pidamos al Señor que nos de la gracia de seguir unidos, de rezar el uno por el otro, que podamos llevar en el corazón el rostro de mucha gente para orar por ellos; en especial aquellos que más sufren, que más solos están, que sienten su vida amenazada. Pidamos para nuestra comunidad y para la comunidad de Pringles, la gracia de ser más misioneros”.
El P. Pedro concluyó diciendo “y a la comunidad de Pringles, un solo consejo: no dejen de apoyar nunca a este grupo. Y los invitamos a que el 4 de marzo, en la Fiesta Provincial del Trigo, los esperamos a todos para compartir la eucaristía y el recital de una banda católica […] esa misa la va a estar presidiendo el nuevo obispo coadjutor Mons. Carlos Alfonso Aspiroz”.
La misión terminó pero no nuestro compromiso de discípulos misioneros. Pidamos a María, la Reina de las Misiones, su ayuda para descubrir nuestra vocación misionera y nos anime a la revolución de la ternura, como nos pide el Papa Francisco.
Anunciemos, con nuestra vida, la Buena Noticia de Jesucristo.