Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca, creando un ambiente de familia como Don Bosco y Maín
El pasado 22 de octubre, el Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca cumplió 125 años de vida y de labor pastoral en esta ciudad del sur bonaerense. Días antes, el 17, esta institución festejó este importante acontecimiento con una interesante charla que ofreció el P. Mamerto Menapace y con una celebración eucarística a cargo del mencionado sacerdote.
Durante una pausa, el programa radial Es por Cristo, que se emite los viernes a las 19 hs por FM Transformación de Coronel Pringles, conversó con la Hna. Cristina Pella, Coordinadora del Equipo de Animación Inspectorial de las hijas de María Auxiliadora. Ella relató que la fundación del colegio fue llevada a cabo “por cuatro hermanas Hijas de María Auxiliadora que vinieron en 1890 a esta ciudad”, que por aquellos años era “muy inhóspita en el aspecto religioso”. Contó que el primer edificio estuvo ubicado “en la calle Moreno, frente a lo que hoy es el Correo, en un espacio muy reducido” donde se “preparaban a 30 chicas para la catequesis. Luego la familia fue creciendo” y como “ya no tenían espacio para el nivel de primario, compraron una parcela y se trasladaron a Rondeau 75”, lugar donde hoy se encuentran.
La Hna. Cristina continuó relatando a Es por Cristo que “la familia fue aumentando. En 1906 nace el nivel inicial, en 1919 se funda la Biblioteca, después el secundario y el nivel terciario hasta el día de hoy con dos carreras: Nivel Inicial y la Tecnicatura en Trabajo Social”.
A nuestra pregunta de cómo la comunidad de María Auxiliadora esta viviendo estos 125 años, no dudó en manifestar que “con mucha ilusión y muchos sueños, sobre todo de poder ser hoy Don Bosco y Maín en medio de los chicos” para “recuperar el patio, porque para nosotros es lo fundamental; son los vínculos, las relaciones, el poder hacernos uno con el otro que nos permiten crear un ambiente de familia con los chicos, donde ellos puedan manifestar lo que sienten, lo que tienen” que “son vínculos fundamentados en la confianza y en la cercanía donde todos apostamos, no solamente el directivo, sino el encargado de la pastoral, el administrador, el docente, el personal de maestranza, somos todos una familia”, más aún en los momentos como los que estamos viviendo “donde las mamás, por su trabajo, van y vienen; y nosotros, en lo que podemos, buscamos ser esa casa de contención donde los chicos se sientan bien, jugando, preguntando, expresando su dolor o su alegría. Creo que Don Bosco y Maín hicieron lo propio con los chicos de la calle. Y hoy el sentido o el abandono que sufren los chicos, que no es tanto el abandono de la pobreza económica sino del afecto, entonces tratamos que los chicos, las pocas horas que están con nosotros, realmente puedan sentirse en casa, que estén bien, que sientan ese calor de hogar”, concluyó la Hna. Cristina.
Por Guillermo Elcano