Mensaje de fray Carlos al concluir la 4ta semana del Sínodo

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Roma, domingo 27 de octubre, 2024

 

Mis hermanos y hermanas de la Arquidiócesis de Bahía Blanca:

En esta 4º y última semana de la “2ª Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos”, nos hemos centrado en la lectura y aprobación del “Proyecto del Documento final” que, fue presentado al Papa Francisco en la última sesión plenaria. No me detengo en este documento que ha seguido los temas que el Instrumento de trabajo ya adelantó para facilitar el diálogo y aportes de los “sinodales”.

El lunes 21 vivimos un día de retiro y reflexión preparándonos para dicha etapa “resolutiva” de la Asamblea. La celebración de la Eucaristía inició la jornada de trabajo. Nuevamente nos congregamos en el ábside de la Basílica de San Pedro, alrededor del “Altar de la cátedra”. Presidió la Misa el Cardenal Mario Grech, Secretario General del “Sínodo de los Obispos” (la Secretaría General es la institución o “Dicasterio” al que, entre otras cosas, le corresponde organizar estas Asambleas). Tanto el “Altar de la cátedra” como el imponente “Baldaquino” construido sobre la misma tumba de Pedro y resaltando el altar principal de la basílica, son obras del célebre artista Gian Lorenzo Bernini (+ 1680). Ambas obras de arte fueron restauradas con la mirada puesta en el Jubileo del 2025. En estos últimos días hemos visto cómo desarmaban de a poco los andamios, quitando también los lienzos que cubrían ambas esculturas. La tarea de los expertos ha permitido contemplar su belleza original. Creo que algo de esto nos ha unido en estos dos años. Fieles al Espíritu –alma de la Iglesia- hemos querido trabajar con sencilla docilidad para renovar la vida y misión de la Iglesia…

Ya en el Aula Pablo VI, tuvo lugar la presentación del “Proyecto de Documento final”. Fray Timothy Radcliffe OP, con una muy bella reflexión, preparó nuestras mentes y corazones para lo que nos esperaba. Seguidamente, los “Círculos menores” (mesas de trabajo) nos dedicamos a compartir un comentario general del texto; al discernimiento y la elaboración de propuestas (“modos”) tanto grupales como individuales. Con la metodología habitual -intervenciones libres en el Aula, diálogo y votaciones en cada mesa-  las iniciativas para presentar cambios, correcciones, enmiendas, etc. pasaron a la Secretaría General para una oportuna y nada sencilla tarea: la incorporación o no de dichos modos. Todo se ha hecho de cara a la presentación del texto final ante la Asamblea para su respectiva aprobación. Los expertos, teólogos, facilitadores, escritores y asistentes del Secretariado (varones y mujeres) no tuvieron respiro.

Dos acontecimientos muy significativos en esta 4ª semana: La noticia de la muerte de Fray Gustavo Gutiérrez OP, el martes 22, conmovió a muchos, especialmente a los miembros del Sínodo procedentes de América Latina. ¡Y a tantos otros que tuvimos la dicha de conocerlo de cerca! El jueves 24 fue publicada la cuarta Carta Encíclica del Papa Francisco: Dilexit nos, sobre el amor humano y divino del corazón de Jesucristo. El mismo título Nos amó (Romanos 8, 37) nos invita e impulsa a descubrir que de ese amor nada ni nadie “podrá separarnos” (Romanos 8,39).

El sábado 26 (jornada completa: mañana y tarde) se procedió a la lectura y aprobación del Documento final en el Aula. El sistema de voto electrónico para la votación -parte por parte- si bien ha llevado su tiempo, hizo posible llegar al término de esta tarea el mismo sábado (con la mayoría calificada de 2/3 necesaria para la aprobación de parte de la Asamblea en todos los párrafos o números del documento). El Papa Francisco, presente en el aula, anunció que él mismo lo aprobaba haciéndolo suyo. Así mismo afirmó que no escribiría alguna Exhortación Apostólica post sinodal. Un sostenido aplauso refrendó con alegría tamaño signo de “confianza sinodal” para con la Asamblea.

La celebración de la Misa Dominical en la Basílica de San Pedro, presidida por el Papa, ofreció el marco ideal para la solemne clausura de la Asamblea. El Evangelio (30º del Tiempo Ordinario – Ciclo “B”) nos invitó a responder la pregunta que Jesús dirige al ciego Bartimeo: “¿Qué quieres que haga por ti?”.  Ciertamente, el Señor conoce nuestros gozos y alegrías, tristezas y angustias antes de que podamos confiárselos. ¡Pero igualmente es importante identificarlos, expresarlos, porque Él desea escucharlos y que nosotros mismos los pronunciemos! ¡También necesitamos compartirlos con nuestros hermanos y hermanas! Así podremos mirar el futuro con esperanza… porque, como reza el lema del Jubileo del 2025, somos: Peregrinantes in spem. ¡Peregrinos de Esperanza!

El Sínodo se ha hecho de alguna manera “eco” de aquellos que animaron al mendigo ciego: “¡Ánimo, levántate Él te llama!”. Caminando juntos y animándonos unos a otros quisimos responder con alegría y audacia a esta invitación, a las mociones que el Espíritu ha inspirado en este tiempo de preparación y celebración. Diversos encuentros comunitarios y de muy variados organismos locales, diocesanos, nacionales, continentales ¡de toda la Iglesia! (2021 – 2024) nos han ayudado a caminar juntos para –también- buscar y ofrecer una respuesta juntos.

La llamada del Señor exige respuestas “íntegras”, es decir: gestos y palabras de gracia y verdad. El Señor nos ha convocado / con – vocacionado desde el Bautismo. A lo largo del camino, algunas cosas que quizás considerábamos importantes o imprescindibles, ¡pudieron tal vez retrasar o aún obstaculizar el encuentro con el Señor y el anuncio de su mensaje! Bartimeo dejó su manto –todo lo que tenía- para ir al encuentro del Señor. Pedro y Andrés dejaron sus redes. Juan y Santiago dejaron su barca. Mateo dejó su mesa

 

de recaudación de impuestos ¡para seguir al Maestro! La Samaritana dejó su cántaro para anunciar en su ciudad que había conocido al Mesías. María Magdalena dejó sus perfumes en el sepulcro, ¡para correr adonde estaban los apóstoles y decirles: “He visto al Señor”!  Junto a ese gesto de despojo, el mendicante Bartimeo nos presta también sus palabras para responder juntos a LA pregunta que hoy también nos hace el Señor: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”. Al concluir esta Asamblea quisiera responder por ustedes y con ustedes: Maestro, que podamos ver(cf. Marcos 10, 51).

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Queridos todos, podrán leer el mensaje del Papa al concluir los trabajos del Sínodo y su homilía en la Misa de hoy. ¡Tendría tantas cosas que decirles, pero ya no quiero hacerlo por carta! Espero verlos pronto para hablarles personalmente. La paz esté con ustedes. Nuestra Madre de la Merced, Virgen de la Esperanza, nos ayude a caminar juntos para ser una Iglesia sinodal misionera.

 

+ Fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP

Arzobispo de Bahía Blanca