El Encuentro Mundial de Familias contado por Mons. Pedro
El Congreso Mundial de las Familias 2015, que se venía desarrollando en Filadelfia, acaba de concluir, y también el Festival de las Familias, el sábado 26 de septiembre, al que asistió el papa Francisco. Y todo se cerró con la Eucaristía, presidida por el Santo Padre.
El Congreso estuvo preparado y animado con varias catequesis sobre la familia, iluminadas por el lema: “El amor es nuestra misión: la familia plenamente viva”. Los textos de esas catequesis se pueden descargan de la página www.emf2015. En el Congreso participaron más de 20.000 personas, de acuerdo con las cifras que trascendieron, provenientes de todo el mundo. Los argentinos, que éramos más de ciento veinte, nos hemos encontrado el jueves al mediodía para celebrar la Santa Misa en la parroquia de San Agustín. Luego del almuerzo compartimos algunas experiencias y testimonios, entre los cuales se destacó el matrimonio de Alfredo Walker y Noel Zemborain que viajaron con sus cuatro hijos en una combi del año 80 desde Buenos Aires a Filadelfia, un viaje que duró casi siete meses durante los cuales han vivido toda clase de peripecias.
En los cuatro días que duró el Congreso hubo seis conferencias sobre temas de fondo, como por ejemplo: Vivir a imagen de Dios: creados para la alegría y el amor; La luz de la Familia en un mundo oscuro; Crear el futuro: la fertilidad del amor cristiano, etc.; y más de setenta conferencias referidas a temas específicos entre ellos, para citar algunos: La familia hispana en el contexto de una sociedad multicultural; Un hogar indiviso: Cristo como unificador de una familia ensamblada; La familia un regalo para la sociedad; La familia y la dinámica demográfica en el mundo; El deseo por el amor infinito: la sexualidad en el plan divino; El poder de la familia en momentos de separación; El amor en el límite: sanar las lesiones de las relaciones dañadas, etc. El enorme número de congresistas participaba masivamente en las conferencias de fondo en un salón que albergaba cómodamente a todos, y luego cada congresista elegía el tema específico de la charla a la que deseaba asistir, dirigiéndose a las numerosas y amplias salas de las que disponía el Centro de Convenciones en el que se realizaba en Congreso.
Destacables fueron las Eucaristías, concelebradas todas las mañanas por más de un centenar de obispos y probablemente cerca de un millar de sacerdotes, en medio de una numerosísima asamblea. La liturgia en todos sus aspectos fue impecable, recogida, intensa y alegre. Una sala para la Adoración eucarística sirvió para que muchos la frecuentaran y oraran por los frutos espirituales del Congreso.
Los protagonistas principales, como es obvio, fueron las familias. Era emocionante ver a tantos matrimonios con sus criaturas participando en las conferencias. Para los niños, adolescentes y jóvenes, hijos de los matrimonios que habían venido al Congreso, había un programa especial que se llevó a cabo en un sector del Centro de Convenciones.
Fuera del tiempo de las exposiciones, se podía visitar un enorme número de exposiciones sobre temáticas de lo más diversas, como por ejemplo: exposiciones de textos bíblicos originales, espectáculos musicales, proyección de películas, visitas a templos, edificios históricos, museos y monumentos de la ciudad de Filadelfia.
El Encuentro Mundial de las Familias se realizó el sábado 26 por la tarde en el Parque Benjamín Franklin, con la visita del papa Francisco, quien recorrió y saludó a una multitud de familias que participaron en el Congreso, provenientes de más de cien países. La ovación y exaltación de esa enorme masa de personas por la presencia del Papa fue indescriptible. A continuación, el Santo Padre, escuchó testimonios de familias y disfrutó del espectáculo artístico y musical. Hubo testimonios profundamente conmovedores, como por ejemplo el de una familia de refugiados; otra familia con un hijo tetrapléjico; o unos abuelos argentinos que cumplieron sesenta años de matrimonio.
El papa Francisco cerró este momento festivo del Encuentro de las Familias con una reflexión catequética sobre el Amor de Dios que se desborda en la familia; la familia es una fábrica de esperanza; es un lugar donde se superan juntos las dificultades mediante el amor y el perdón; el amor es fiesta, es gozo, es seguir adelante. Finalmente el Papa remarcó dos puntos. El primero, exhortó a tener un especial cuidado por los niños y los abuelos. Los primeros son la fuerza, la esperanza; los abuelos son la memoria de la familia, son los que nos transmitieron la fe. Cuidar a los abuelos y a los niños es la muestra de amor más promisoria de la familia, porque promete el futuro. Un pueblo que no sabe cuidar a los niños y a los abuelos, es un pueblo sin futuro, porque no tiene la fuerza y la memoria que lo lleve adelante. Jamás concluyan el día en una familia sin hacer la paz.
Al día siguiente, domingo 27 por la mañana, el Santo Padre se reunió con todos los obispos participantes del Congreso y otros que han venido para el Encuentro de las Familias en el Seminario San Carlos Borromeo. Con un mensaje claro y contundente, habló del compromiso del pastor en acompañar a las familias, sostenerlas y ser para todas, especialmente para las que atraviesan dificultades, el rostro de la misericordia del Buen Pastor. En ese mismo momento se dirigió a todos con palabras muy conmovedoras reiterando la firme decisión de desterrar el abuso a menores y de penar duramente a los culpables de tales delitos.
En ese mismo lugar donde se realizó el Festival de las Familias, se concentró el domingo por la tarde una multitud aún mayor que la del día precedente, superando el millón de personas, para participar de la Misa de clausura presidida por el papa Francisco y concelebrada por más de quinientos obispos y más allá del millar de sacerdotes. Fue un cierre maravilloso de este acontecimiento mundial que centró la atención en el valor del matrimonio cristiano y la familia, plenamente vivos.
La delegación argentina, que estuvo representada por más de 130 participantes, se mantuvo en permanente contacto mediante el grupo que se constituyó en el whatsapp, lo cual sirvió para compartir al instante los diversos momentos del congreso y el encuentro. La increíble aventura de Catire y Noel, el matrimonio joven con sus hijos pequeños que viajaron en combi desde Buenos Aires hasta Filadelfia, tuvo su momento culminante cuando el papa Francisco los recibió, los saludó y les dijo con su habitual humor porteño: ¡Ustedes están locos! Ellos se fueron desbordados de emoción y bendecidos por el Santo Padre.
Mons. Pedro