Navidad: Jesús nace también en el hospital

Un grupo de jóvenes de nuestra arquidiócesis pasó la Noche Buena en el hospital Penna de la ciudad de Bahía Blanca. Allí recibieron la Navidad visitando a los niños que estaban internados y a sus familias. Con ellos brindaron, jugaron y conversaron.

Pero, sobretodo, nos han recordado el misterio de la Navidad: Sí, es posible, incluso en medio del sufrimiento, Jesús ha vuelto a nacer.

El testimonio de Micaela

«Lo más importante era estar ahí acompañando, compartiendo, llenando nuestros corazones y los de la gente de mucha alegría»

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Micaela Bianco tiene 17 años e integra el grupo misionero Anawin de la parroquia Santa Teresita de Bahía Blanca

Fuimos a pasar la Noche Buena acompañando a la gente que se encontraba en el Hospital Penna. La propuesta me llego por los chicos de acción católica. Ellos van los sábados a hacer visitas, y yo hacía mucho que tenía ganas de ir, pero nunca me imaginé que sería en Noche Buena. Después de hablarlo con mi familia me encontré con que ya era 24 y estábamos en la misa de Navidad. Después de la bendición que nos hizo Roberto [el párroco de Santa Teresita] para enviarnos, me sorprendió ver a la gente de la parroquia tan emocionada y agradecida, y a la vez unida. Eso fue un gran empujón y, para mí particularmente, un empujón enorme, ya que era la primera vez que iba y que pasaba Navidad fuera de mi casa. Y tenía un poquito de miedo, pero a la vez sentía la tranquilidad y el apoyo que Cristo me brindaba a través de mis compañeros y la comunidad.

Cuando llegamos nos recibieron las hermanitas del hospital con los brazos abiertos, decoramos los pasillos del hospital, pusimos música, preparamos la cosas para el brindis, y arrancamos a recorrer. Muchos nenes parecían esperarnos, otros se sorprendieron y todos con una inmensa alegría te recibían, les repartimos los regalos.

En un momento me encontraba en una de las habitaciones charlando con una mama que estaba con su bebe prematuro; y entra otro de los chicos para decirnos feliz Navidad. ¡Ese momento fue maravillo! Que tus primeros saludos y abrazos de Navidad sean de personas que no conocés, pero que realmente más que nadie necesitan ese abrazo en ese preciso momento… ¡te llena el alma!

Uno en su casa generalmente está esperando y está pendiente de que se hagan las doce para brindar, ahí no. Lo más importante era estar ahí acompañando, compartiendo, llenando nuestros corazones y los de la gente de mucha alegría.

Otro de los momentos que mas me emocionó fue el brindis en el hospital: ver como entre madres, niños, acompañantes y enfermeras se apoyaban tanto y brindaban pidiéndole a Dios con el corazón.

Por suerte nos dejaron estar hasta la una más o menos, con la música, pero después, como nos acordamos de un grande que nos dijo que hagamos lío, seguimos alegrando los corazones de las familias, con un poquito de guitarra, bubupeta, cajón peruano y demás instrumentos.

Cuando nos estábamos yendo, con un poquito de cansancio pero una sonrisa enorme dibujada en nuestras caras, nos terminó de agigantar el corazón el agradecimiento constante de la gente. Y nosotros agradecidos infinitamente a ellos y al Señor, ¡que nos reunió a todos en esta maravillosa e increíble noche!

Abrazo al alma, paz y bien!