Mensaje de fray Carlos por el Día del Periodista. «Con su labor, nos ayudan a construir un mundo mejor»

Fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa envió un mensaje dirigido a los perdiodistas con ocasión de la celebración del Día del Periodista en Argentina.

El arzobispo destacó la tarea que realizan quienes tienen la responsabiliad de ser «formadores de opinión», que incluye llegar a “la cabeza, al corazón y a las manos” de la gente.

El texto completo:

Mensaje para el DÍA del PERIODISTA ARGENTINO

Viernes 7 de junio, 2024

Aniversario de la fundación de “La Gazeta” Por Mariano Moreno

Cada año celebramos esta conmemoración y –claro- los pensamientos se acumulan detrás de la gratitud por la tarea que ustedes realizan (¿quién no se refugia en periodistas más o menos conocidos, más o menos confiables, más o menos amigos, etc. para saber «algo más» acerca de lo que pasó, lo que está pasando o lo que pudiere pasar?).

Cuando se habla de la misión del periodismo suele decirse que –entre tantas tareas- se destacan por la delicada e inmensa responsabilidad de ser «formadores de opinión» (una perspectiva inseparable de su labor cotidiana en todos los medios de comunicación: gráficos, radiales, televisivos, redes sociales… etc.).

Tomado de la mano de esa «tarea – vocación – misión», pienso en la formación de “la cabeza”, “el corazón” y “las manos”.

Cuando nos referimos generalmente a “la cabeza” solemos señalar prioritariamente al desarrollo y educación de la conciencia, el acceso al conocimiento, el estudio de la realidad. Se trata, claro, de iluminar y no encandilar para comprender mejor; de “abrir” la cabeza aun cuando nos referimos, por ejemplo, a la tradición, que no solamente ha de conservarse, sino que también crece…

También ustedes forman “el corazón”. No se trata simplemente de “pensar” (de un modo exclusivo o excluyente). La apertura a lo verdadero, lo bueno, lo bello ayuda también a crecer en las relaciones de amistad social, ayuda al encuentro y al diálogo, etc. Necesitamos de ustedes que nos ayuden a formar corazones que no conozcan el mal sino para definirlo, combatirlo y evitarlo.

Finalmente, con su labor, nos ayudan también a construir un mundo mejor a través de la convivencia mutua, la solidaridad fraterna, la paz. Siempre que hablamos de construir

–al menos como signo- señalamos las manos. ¡Sí! ¡manos abiertas para edificar, sembrar, servir a los demás! ¡No las cerremos nunca para golpear, herir, matar, destruir!

Los pensamientos han de ser acunados en el corazón y así manifestarse en las buenas obras.

Sencillo decirlo, toda una vida para asumirlo y ponerlo en práctica.

¡Manos a la obra!

Gracias por ayudarnos a crecer.

+ Fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP Arzobispo de Bahía Blanca