Ermita en honor a Ceferino.
El pasado 26 de agosto, día en que la Iglesia celebra al Lirio de Chimpay, se cumplió un largo anhelo de la comunidad de la capilla San Juan Evangelista y Ceferino Namuncurá de Bahía Blanca.
La devoción al beato Ceferino Namuncurá es una de las más populares en nuestro país, sobre todo en el sur argentino y los bahienses no son la excepción, teniendo en cuenta la fuerte presencia y labor salesiana en esta ciudad. Y esta devoción al Lirio de Chimpay se vio reflejada con la inauguración de una ermita levantada en su honor por integrantes de la capilla San Juan Evangelista y Ceferino Namuncurá.
“Nuestra capilla pertenece a la comunidad Nuestra Sra. de Luján, Bahía Blanca. Es una capilla muy chiquita”, nos comentó Cristina Barraza, catequista y miembro de esta capilla. Para Cristina, inaugurar la ermita a Ceferino, fue “concretar un largo sueño de toda la comunidad, pero sobre todo del P. Tomás Salvi, sacerdote salesiano que desde los cimientos de la capilla del nuevo templo, allá por el año 2000, ya había decidido llamarla Ceferino pero como en ese momento Ceferino no estaba beatificado no podíamos ponerle ese nombre por lo que se decidió ponerle San Juan Evangelista; pero ahora nuestra capilla tiene dos patronos”, contó a Es por Cristo.
La historia continuó. “En el 2016, con el P. Darío Nicoloff como párroco de Nuestra Señora de Luján y de toda nuestra comunidad, se le pudo agregar el nombre Ceferino a nuestra capilla”, agregó Cristina.
En cuanto a la inauguración sobre la ermita, señaló: “Fue una ceremonia muy bonita. El P. Juan Redel es el sacerdote que nos acompaña. La ermita está ubicada en una esquina del patio de la capilla que da a la calle con una buena iluminación por lo que a la noche se la puede ver”.
Su construcción “demandó mucho trabajo, mucho tiempo. El 26 de agosto del año pasado colocamos la piedra fundamental y habíamos prometido que el 26 de agosto de 2021 estaría construida la ermita y así fue”, comentó con gran alegría Cristina.
Invitado especial.
A la inauguración asistió “un familiar de Ceferino, no un familiar directo, pero sí la esposa de un sobrino de Ceferino que nos trajo la matra que cubrió el ataúd de Ceferino cuando fue trasladado desde Fortín Mercedes a San Ignacio. Así que la tuvimos ahí junto con unas fotografías originales”, detalló.
Cristina agregó que el sobrino del santo mapuche es “Marcelo Namuncurá, sobrino de Ceferino, de profesión carpintero, hijo de Aníbal, hermano de Ceferino, quien “nos donó el portón de madera que tenemos y algunos muebles más. Estamos muy felices por todo esto. Y seguiremos trabajando para servir a la comunidad y ser útiles como decía Ceferino”.
“Ha sido un gran día, una bendición que a pesar de ser un día laboral, nos acompañó mucha gente: familias de la catequesis, gente mayor de la comunidad y de este familiar que se enteró del proyecto, gente que colaboró con donaciones que nos anima a seguir adelante, a ser fuertes, perseverantes y valientes como fue Ceferino”, concluyó Cristina Barraza.