Carta de Mons. Pedro con ocasión del sínodo de la familia

Bahía Blanca, 18 de Setiembre de 2015

Queridos Hermanos Sacerdotes, Diáconos, Religiosos, Familias y todos los hermanos de la Arquidiócesis de Bahía Blanca:

            En dos días estaré viajando para el Encuentro Internacional de la Familia que se realiza con la presencia del Santo Padre en Filadelfia (EEUU) y luego al Sínodo Ordinario sobre la Familia que se llevará a cabo en el Vaticano del 4 al 25 de octubre del corriente.

            Distintos sectores eclesiales y de la sociedad en general han manifestado variadas expectativas sobre las repercusiones que tendrá este encuentro de tantos obispos del mundo que se reúnen para tratar el tema del matrimonio y la familia.

            Pienso que, más allá de las deliberaciones importantísimas que se darán puesto que intervienen personas de gran experiencia y con distintas miradas sobre el tema, y más allá de los análisis y orientaciones pastorales que surjan, el Sínodo debería ser una oportunidad para que la Iglesia haga memoria y pueda dar gracias y mostrar al mundo lo que Ella está haciendo por la familia.

            En la Iglesia son numerosísimos los emprendimientos en favor del matrimonio y la familia y son miles los agentes pastorales involucrados y las personas cristianas y no cristianas que son favorecidas con los mismos. Acciones pastorales desarrolladas como la catequesis familiar, los encuentros y retiros matrimoniales, retiros para novios, para separados en nueva unión, las entidades de educación, las congregaciones religiosas totalmente abocadas a la familia, a los niños y a los jóvenes, las instituciones de contención para distintas problemáticas como la drogadependencia, los niños en riesgo, la discapacidad, las madres en peligro, familias pobres, las heridas del aborto provocado, la ancianidad, la adopción, la prevención del suicidio y la violencia, la trata de personas, las familias refugiadas y migrantes, y tantas otras tareas desarrolladas por la comunidad cristiana, necesitan ser valoradas y reconocidas como un don de la Misericordia de Dios que se hace presente en el mundo a través del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia.

            Les ruego la compañía de sus oraciones para este acontecimiento tan relevante, y así  Ustedes también puedan ser parte de este Sínodo.

            Les mando un gran abrazo para todos

 

+ Pedro M. Laxague

Obispo Auxiliar de Bahía Blanca

Presidente de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia (CELAF)