Continúa la caminata

Testimonio de vida de Omar Simone, el primer recuperado en la Fazenda de la Esperanza Nuestra Señora de Shoenstatt que funciona en el antiguo Hogar Sagrado Corazón en la ciudad de Carhue desde el 07 de enero de 2013. Él tiene la certeza que Dios es amor y que es posible vivir como hombre nuevo como embajador de la esperanza en cualquier parte del mundo.

Me llamo Omar, tengo 42 años, nací el 14 de diciembre de 1971 en la Ciudad de Daireaux Bs. As.omar simone

Comencé con el consumo de alcohol a los 12 o 13 años al igual que con el cigarrillo, en ése tiempo consumía alcohol muy pocas veces, solo algunos fines de semana como lo haría cualquier adolescente. Luego de los 20 años el consumo, (aunque siguió solo los fines de semana) fue mayor, bebía hasta perder el conocimiento y hacía cosas que difícilmente recordaría más tarde.

A los 23 años estando en casa con mi hermano de 18 años, me encontraba bebiendo cuando tomé un arma y accidentalmente le disparé en la cara. A raíz de eso nos trasladamos a vivir en Buenos Aires capital. Ahí realicé un tratamiento en una comunidad terapéutica el cual duró dieciocho meses. Después de eso estuve cuatro años sin consumir, hasta que empecé a darme permisos y volví a beber. Al hacerlo, me recordaba lo que había ocurrido con mi hermano, lo que generaba una apetencia mayor por consumir. Bebía cada vez más, ya no solo consumía alcohol, sino que inicié el consumo de marihuana y posteriormente cocaína.

Intentaba luchar solo, buscaba dejar por mi cuenta el consumo, pero me resultaba imposible, entonces pedí ayuda a mi familia. Mi madre se enteró de la apertura de un lugar cerca de Carhué y fuimos a conocer la comunidad. al principio, luego de la entrevista, me rehusé a entrar dado que en la Fazenda, no permitían ningún tipo de consumo, ni siquiera cigarrillos, y yo fumaba mucho. Pero, al día siguiente, tomé la decisión, y estaba de vuelta con mis bolsos, dispuesto a intentar hacer un cambio en mi vida. Al principio solo quería quedarme tres meses hasta que mis padres regresaran de un viaje a Europa. En realidad, todos los días tenía ganas de irme. Aprendí a morir a mi voluntad y a dejar que se realice en mí la voluntad de Dios, así continué mi caminata.

logotipo-fazenda-esperancaDios me abrió los ojos y el corazón a muchas cosas, yo creía en el, pero no le daba la importancia ni el reconocimiento debido ni mucho menos lo dejaba habitar en mi vida. En la Fazenda de la Esperanza, me encontré con Dios, la oración, la vivencia de la palabra, el trabajo en comunión con los demás hermanos de caminata, el convivir con otros que también habían pasado por situaciones similares a las mías, quienes extrañaban a los suyos igual que yo, etc, todo esto me llevo a realizar un cambio en mi vida.

Estoy sumamente agradecido al hermano Luis Luján porque Dios lo puso en mi camino u gracias a su ayuda pude salir del pozo donde me encontraba. Le agradezco infinitamente a Dios por permitirme reencontrarme con él, por ser mi amigo, por estar a mi lado en los momentos de más flaqueza de mi caminata.

Ahora empieza la tarea más difícil, la de poner en práctica todo lo aprendido aquí en la Fazenda. Estoy convencido que con la ayuda de Dios, de la Virgen María, de mi familia y la Fazenda, voy a continuar reafirmándome en un estilo de vida nueva. Ruego a Dios que siempre me acompañe, que no me suelte de su mano, yo de mi parte, le entrego todo lo que soy y todo lo que quiero Ser.

Omar E. Simone
Carhué 13 de Enero de 2014